Pocas luces y muchas sombras en el «Preacuerdo para el empleo y la negociación colectiva»

Recientemente hemos asistido a un nuevo pacto entre patronal y sindicatos mayoritarios: el denominado “Preacuerdo para el empleo y la negociación colectiva”.

Aparte del gesto -tan demandado por la sociedad según algunos medios-, aquel de un gran pacto entre los actores económicos (foto incluida) para generar confianza en la población, poco más se puede obtener en claro de un documento que ofrece no pocas vaguedades y que cuando concreta, apunta claramente contra los derechos de los trabajadores.

De hecho, el texto deja ya entrever que el modelo productivo no va a ser mejorado ni modificado y que la contratación eventual no se va reducir, sino que va a aumentar como efecto de la ampliación del ámbito de las ETTs al sector público y la Construcción.

En cuanto al primer aspecto, ya en la introducción se confirma que el sistema productivo está seriamente afectado por una razón fundamental: haberse basado en la construcción. Pero no deja de sorprender que la respuesta a este mal, que supuestamente pasaría por un “ajuste” del mismo, caiga en serias contradicciones: así tan pronto se afirma que hay que buscar la “ampliación y diversificación del tejido productivo” para pocas líneas después afirmar que “se ha de aumentar el stock de infraestructuras”. Lo que denota que, pese a todo, se sigue apostando por el mismo modelo basado en la construcción, puesto que ese y no otro es, a modo de ver de los firmantes, el único que puede hacerse cargo del volumen actual de mano de obra desempleada, más del 19%, (el 30% en comunidades como Andalucía o Canarias).

En lo que respecta al aumento de la contratación temporal, si en un momento se afirma buscar la promoción de la “contratación indefinida en el acceso al mercado de trabajo, transformando los contratos temporales en contratos fijos”, medida ambigua que no establece fórmulas concretas para que ese paso se lleve a cabo, ni por supuesto explica el cuándo y cómo; al poco se afirma que hay que “fomentar el uso adecuado de las modalidades contractuales de forma tal que (…) las necesidades coyunturales, cuando existan, puedan atenderse con contratos temporales causales, directamente o a través de ETT”. Afirmación en principio aséptica pero que se descalifica por el hecho de que pronto se especula con que tanto en la Administración como en la Construcción se pueda contratar a través de ETT. Y tampoco ahora se proponen fórmulas para limitar el abuso de la contratación temporal, dejándola en manos del “criterio” de los comités de empresa y la patronal, precisamente los mismos causantes del abuso actual de la misma.

En el lado opuesto de la balanza confirman que las empresas están considerablemente endeudadas y se debe de sanear el sistema financiero dando los créditos necesarios a la banca. O lo que es lo mismo, y para resumir: ayudas a la banca y más precariedad para los trabajadores.

Y es que cuando se habla de medidas de “flexiseguridad”, -eufemismo de moda que busca la cuadratura del círculo conjugando la flexibilidad deseada por la patronal con la supuesta seguridad en el empleo buscada por los sindicatos- lo que subyace es, nuevamente, más de lo primero y poco o nada de lo segundo.

Es con esas recetas con las que buscan generar “confianza en la población”, o mejor dicho, tenernos callados y en casa, evitando así movilizaciones. Precisamente por ello, para CNT se hace evidente que, tal y como decíamos en el caso de la reforma de las pensiones, hay que ir preparando una respuesta contundente, pues no de otra manera, podremos evitar que el peso de la crisis siga recayendo sobre los hombros de la clase trabajadora.


CNT – AIT

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