Fallece Eduardo Pons Prades, un luchador infatigable

El pasado 28 de Mayo, tras una grave enfermedad, falleció el compañero anarquista a los 87 años.

Perteneciente a una familia de sindicalistas de Barcelona que ante todo le enseñaron a que la libertad era inseparable de la responsabilidad, fue educado en varias escuelas racionalistas. La primera de ellas, era la escuela Fraterno, en donde daban clase una pareja francesa que se había marchado del país en 1914 al negarse el marido a participar en la Primera Guerra Mundial.

Su gran vocación, que era ser maestro, se vio truncada al comenzar la Guerra Civil, en la que tuvo una participación activa en ella de varias formas. La primera de ellas fue a través del Consejo económico de la Madera Socializada de CNT en Barcelona, encargándose de montar la sección de estadística al terminar sus estudios de bachiller. Posteriormente se alistaría a raíz de una convocatoria del gobierno a los bachilleres para acudir a las escuelas de capacitación de mandos. Al no tener la edad requerida, que era de 18 años, se las tuvo que apañar para falsificar su fecha de nacimiento y de esta manera poder incorporarse al frente de guerra. Pasó por la Escuela Popular de Guerra de El Escorial, donde realizó el curso del que salió como sargento instructor de máquinas de acompañamiento. Posteriormente se incorporó a la compañía de ametralladoras del 420 Batallón de la 105 Brigada mixta, dirigiéndose hacia al Guadarrama occidental. Tras un permiso en Barcelona, fue herido durante los intensos bombardeos en la ciudad condal. Participó también en la batalla del Ebro, volviendo nuevamente a Barcelona participando en la evacuación de heridos a Francia, pasando el también al país galo en 1939. Pronto sería llamado a filas, incorporándose en uno de los denominados regimientos de marcha de la Legión extranjera. participó en acciones de sabotaje contra puntos estratégicos de los alemanes. Además, estuvo al mando de un destacamento volante de guerrilleros franceses y españoles en los enfrentamientos por la liberación del Aude contra las tropas alemanas.

Regresa a España tras varios viajes clandestinos por encargo del Partido Sindicalista para recoger información de los compañeros que se encontraban dentro del país, en 1944 y 1945 respectivamente, siendo detenido en 1946 y logrando escapar tras varias ayudas y circunstancias especiales como era la gran corrupción que había entre los militares y policías. Regresaría a Francia en el año 1948. Volvería a España en 1962 ya de forma legal una vez concedido el indulto. Es cuando se convierte en miembro fundador de la editorial Alfaguara, junto con Camilo José Cela entre otros, y forma parte de otros proyectos de publicaciones.

Pons Prades colaboró en diferentes publicaciones y diarios, como «Historia y Vida», «Historia 16», «Nueva Historia», «El Correo Catalán», «El Periódico», «Dario de Barcelona» y «El Correo de Andalucía» así como en revistas literarias como «Ínsula» «Papeles de Son Armadans» «Letras» y «Índice de Artes», y como no, en revistas y periódicos libertarios. También participó como guionista en la realización de varios cortometrajes españoles y franceses.

Desde 1.973 publica una extensa producción de libros que recuperan la memoria oral y cuentan la historia oculta de los exiliados y los represaliados de la dictadura franquista: «Republicanos Españoles en la II Guerra Mundial», «Morir por la libertad», «Guerrillas Españolas», «Los senderos de la libertad», «Las guerras de los niños republicanos», «Los vencidos y el exilio», «Crónica negra de la transición española», «Años de muerte y esperanza» junto a Agustí Centelles, «Los que sí hicimos la guerra», «Un soldado de la República», «Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial», «Realidades de la Guerra civil: mitos no, hechos».

Ha sido miembro activo de la Asociación de Guerrillero españoles y de las tertulias del Ateneo Barcelonés y orador brillante, impartiendo clases y charlas en innumerables lugares.

En su anterior ingreso en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, hace pocas semanas, dio su última conferencia, a médicos y enfermeras del hospital y a un nutrido grupo de amigas sobre la sanidad en la guerra y la evacuación del hospital, que él mismo dirigió durante el retiro de las tropas republicanas al final de la guerra, conferencia que realizó de forma soberbia, minuciosamente preparada y expuesta con su inigualable sentido del humor y sus evidentes dotes de maestro.

Su labor incesante duró hasta sus últimos días, ya que cuatro días antes de su muerte trabajaba y revisaba su último libro, dedicado a Picasso, en su faceta política. Hoy se encuentra en proceso de edición el referido libro, que en breves meses se presentará en público.

Deja viuda a la escritora e historiadora anarquista y feminista, Antonina Rodrigo.

Sus familiares, compañeros y amigos le dieron su último adiós el pasado 29 de mayo en un muy emotivo funeral de esta gran persona que lucho durante toda su existencia ya fuera con las armas, con la palabra, la razón o con la pluma.

¡Que la tierra te sea leve compañero, y que de tus restos germine una nueva primavera!

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