Dentro de cuatro años la Confederación será centenaria. Llovió bastante desde aquel 1910. Ha sobrevivido a monarquías, dictaduras, repúblicas, la guerra civil, dos guerras mundiales, la guerra fría, la caída del muro, la transición, el felipismo, la aznaridad, eso que algunos humoristas, con poca gracia, anunciaron como el final de la historia.
La represión de la organización, en todas las épocas, ha sido feroz y los militantes han sufrido destierros, campos de exterminio, condenas eternas, ejecuciones sumarísimas, leyes de fugas, torturas y toda una panoplia de métodos para hacerlos claudicar, tragar.
Ahí siguen, en huelga contra una empresa cuyo cadáver pasará, antes o después, por la puerta del sindicato. Sin embargo no son de los que se sientan a esperar. Siguen unos principios viejos y de eficacia probada: Ayuda mutua, acción directa, boicot.
Llevan ya un mes de pulso. Hay, hoy como ayer, como siempre, esquiroles en sus puestos. Pueden pagarlos. Mercadona facturó en su último ejercicio diez mil trescientos treinta y ocho millones de euros. Ciento ochenta y tres millones de beneficio reconocido después de impuestos. Aun así se permiten putear y acosar a sus trabajadores (ahora se llama mobbing). No es la SEAT, no es RTVE, pero no es una lucha menor.
La Confederación Nacional del Trabajo ha planteado una huelga indefinida contra un gigante. Tiene que ganarla. Por los trabajadores afectados y por los demás.
Parece imposible. Ya veremos, torres más altas han caído. Ahora a empujar todos.
No compres en Mercadona. Corre la voz.
CAJA DE RESISTENCIA DE LOS HUELGISTAS DE MERCADONA:
2100 (La Caixa) – 1183 – 35 – 0100505773
EUROPA: IBAN: ES08 2100 1183 3501 0050 5773
RESTO DEL MUNDO: BIC (Swift): CAIXESBBXXX 2100 1183 3501 0050 5773