Este 17 de julio de 2025 el Valladolid antifascista ha recorrido las calles del centro de la ciudad denunciando la tolerancia empresarial e institucional ante las agresiones fascistas que vanamente intentan hacer agachar la cabeza a quienes no nos conformamos con lo imperante. Entre coros de «Ningún espacio para el fascismo», «Ninguna agresión sin respuesta», «Barrios vivos, barrios combativos» y «Nativa o extranjera, la misma clase obrera», la manifestación llegó a los juzgados de Valladolid, que han concedido la libertad a un nazi reincidente en hechos violentos al amparo de sus grupos. Adjuntamos el manifiesto de la convocatoria:
A principios de junio ocurría otra agresión fascista en nuestra ciudad, cuando un nazi casi mata a un joven partiéndole el cráneo a patadas. Queremos trasladar nuestra solidaridad a la víctima y nuestros deseos de una pronta recuperación. Este hecho, aunque el más grave con diferencia en los últimos tiempos, no es aislado, sino que responde a un aumento de la violencia callejera por parte del fascismo en Valladolid, con al menos cinco agresiones desde 2024 a personas por motivos ideológicos, racistas o LGTBIQfóbicos.
Aunque en los medios de comunicación se ha evitado dar información sobre el principal agresor, se trataría presuntamente de Fernando Millaruelo Frontela, protagonista de al menos otras dos agresiones de este tipo en los últimos meses, acontecidas en el bar Desierto Rojo y en Cantarranas; ataques que se han producido siempre en grupo. Después de este tercer episodio, pese a la gravedad de las lesiones provocadas a la víctima y a que la detención se produjo por un delito de homicidio en grado de tentativa, un juez ha decidido nuevamente dejarlo en libertad.
Aún siendo indignante, no nos sorprende la complicidad de ciertos sectores de los medios de comunicación, policía y judicatura con los fascistas, algo de lo que hemos sido testigos en nuestra ciudad en múltiples ocasiones. Es necesario denunciar que muchas agresiones quedan impunes. Los locales de ocio nocturno, donde ocurren la mayoría de las palizas, junto con el Real Valladolid CF, cuyo entorno ha servido para que grupos neonazis crezcan durante décadas, son parte de este problema, pues intentan desvincularse de todo esto para no ver afectados sus intereses económicos. A pesar de todo, la organización y la presión constante del movimiento antifascista y de la clase obrera han conseguido importantes avances en la lucha contra esta violencia. Pese a todo, exigimos justicia y reparación para las personas agredidas.
El aumento del fascismo callejero desde luego no tiene como únicas causas las razones particulares y puntuales que ya hemos señalado, sino que forma parte de un contexto más amplio: el de un sistema capitalista en declive que empeora nuestras condiciones de vida mientras concentra la riqueza en cada vez menos manos, independientemente del color del gobierno de turno, así como la deriva reaccionaria y embrutecedora de los discursos y del aumento de las prácticas políticas represivas y autoritarias. El fascismo, que no es un fenómeno aislado ni espontáneo, sino una expresión de la crisis del capitalismo, crece con la complicidad institucional y apunta contra cualquier política que provenga del espectro de “la izquierda”, proponiendo falsas soluciones que representan un retroceso social y que, lejos de solucionar nada, nos arrastran a más pobreza, más represión y más conflictos. Es imprescindible reconocer esta realidad para fortalecer la organización y la lucha colectiva contra estas amenazas.
Únicamente mediante la organización política y militante se podrá enfrentar de verdad al fascismo y sus raíces, profundamente ligadas a las lógicas del capitalismo. El movimiento antifascista ha sido fundamental para frenar su avance. Ha llegado el momento de pasar a la ofensiva y dejar claro que ni en Valladolid ni en ningún lugar debe haber espacio para el fascismo. ¡No pasarán!
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