[Periódico «cnt»] Nº 351 disponible en la calle y en la red

Ya está disponible para todo aquel que quiera hacer uso del periódico «cnt» nº 351 correspondiente al mes de diciembre de 2008. Al precio de 1,5€ en los diferentes sindicatos o bien por internet.

En este número podéis encontraros con las siguientes noticias en portada:

 CNT vs SGAE. Les seguimos bailando la calle

 ¿Pactos de la Moncloa II? A treinta años del Caso Scala

 I Jornadas de Formación Anarcosindicalista

 Especial Carl Einstein en España, de nuevo

 Opinión // El cáncer de toda asociación humana

 Gaceta sindical y económica // Crisis económica (y II): consecuencias y soluciones

 Global // Rusia: La reaparición de una gran potencia (I)

http://www.cnt-ait.tv/d/844-2/cnt_351+entero_opti.pdf


A continuación reproducimos la editorial elaborada por el Secretariado Permanente del Comité Nacional de la CNT:

A vueltas con la crisis

No cabe duda de que nos encontramos ante una de las crisis cíclicas del capitalismo, que por ser cíclicas son inseparables de él, y los economistas hoy ya sólo discuten sobre su posible duración; en este caso, existe coincidencia en compararla con el tristemente célebre crack del 29. Lo que nadie puede esperar es que los anarcosindicalistas demos ideas al Gobierno sobre como superar la actual crisis; para eso ya tiene a sus vasallos de ciertas instituciones del Estado mal llamadas sindicatos. Fildago, por ejemplo, salió a la palestra en favor del gobierno.

Lo que no puede ser es que cuando los negocios les van bien a los empresarios se lleven los beneficios, dejando las migajas para los trabajadores que les enriquecen y, cuando ganan menos de lo que habían previsto, el Estado les cubra esas supuestas pérdidas, a costa de los impuestos detraídos a los propios trabajadores. Es decir, privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas. Liberales o socialistas, según convenga en cada momento. A los trabajadores, en suma, nos saquean por todos los lados: nos explotan, apropiándose de la plusvalía que generamos con nuestro trabajo, nos quitan una parte importante de nuestro salario nominal por la vía de los impuestos, y, además, nos suben los precios, con lo que nuestro poder adquisitivo -o sea, nuestro salario real- es cada vez menor.

Lo cierto es que -como todos sabemos- se está saneando la economía de los grandes bancos; y después viene el sector del automóvil; y luego vendrá el de la construcción, pues ya hemos visto a la Asociación de Promotores y Constructores de España pidiendo al Gobierno que les compre cuarenta mil viviendas que ellos no pueden vender. Hace falta ser caradura, cuando hace mucho tiempo que se veía venir el estallido de la burbuja inmobiliaria, y se ha seguido construyendo hasta sobresaturar el mercado. Una de las más evidentes paradojas del capitalismo es que sus crisis lo son de superproducción, de exceso de oferta, y eso ha ocurrido con la construcción de viviendas. Cuando, además, a ello se une una verdadera inflación de créditos al igual que ocurrió cuando la Gran Depresión, la catástrofe está servida. Y todos los liberales convertidos súbitamente al socialismo hablan de refundación del capitalismo, cuando el sistema ha demostrado repetidamente su fracaso; de lo que habría que hablar es de abolirle; aunque, claro, en eso sólo pensamos los libertarios.

Pero lo más asombroso es que, al parecer, todo tipo de empresas, cualquiera que sea su tamaño, carece de liquidez; entonces, ¿dónde está el dinero que han ganado todos esos años anteriores?, ¿dónde esos billetes de 500 euros de los que hay en España más que en todo el resto de la Unión Europea?… ¿Se habrán vuelto anarquistas los de la CEOE y habrán quemado el dinero en grandes piras? Mucho nos tememos que no, que estará bien guardado en cajas de caudales y en escondrijos secretos, a la espera de mejores tiempos; mejores para sus poseedores, por supuesto.

Lo evidente es que, con la disculpa de la crisis, hay empresas que están aprovechando para despedir a los trabajadores con más antigüedad -y, por lo tanto, con más edad- o, simplemente, despidiendo a toda la plantilla y liquidando la empresa. Sólo en el mes de octubre el número de parados ha aumentado en casi doscientos mil, con lo que el porcentaje de desempleo se encuentra, según cifras oficiales, en más del 11%, rondando la cifra de los 3.000.000, y parece seguro que habrá bastantes empresas que cerrarán sus puertas, y no sólo el ejercicio, a final de año.

En cualquier caso, ya empiezan a apreciarse las consecuencias del alto nivel de desempleo, con grandes colas ante las oficinas del INEM o sus equivalentes autonómicos, o ante las entidades que proporcionaran comida gratuita; y en esas colas puede verse a personas que jamás habían conocido la necesidad. Por lo que respecta a los inmigrantes, muchos se están planteando el regreso a su país. Y los que pensamos en el ser humano y en su derecho a una vida digna no podemos olvidar las repercusiones de la situación económico-social en la salud mental; bata pensar que las consultas en los gabinetes psicológicos han aumentado un 12% por motivos de ansiedad o depresión, lo que indica que, como siempre ocurre, hay quien gana con la crisis.

La CNT, en estos tiempos de crisis, tiene que estar alerta, porque la conflictividad social aumentará, sin duda, y es en los momentos de conflicto donde se ve claramente, en la práctica, la superioridad de nuestras tácticas de acción sindical. La Solidaridad y la Acción Directa, principios básicos de la Organización de los que se derivan todos los demás, son nuestras armas más poderosas, y hay que hacer un esfuerzo para que todos los trabajadores sepan de su existencia y aprendan a utilizarlas. Si en todo momento el trabajador aislado se encuentra en una clara inferioridad ante la empresa, en estos momentos la necesidad de organizarse es, si cabe, mayor que nunca. Sólo una CNT potente puede encarar la situación, convirtiéndose en la organización de autodefensa de los trabajadores frente al Capital, sin perder de vista, además, que nuestra finalidad es la desaparición del Capitalismo, causa de todos los males sociales.

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