Este año, la programación se centra en temas como la situación en Palestina, la memoria histórica, la educación, el feminismo, así como la relación con la naturaleza y el impacto de hechos como los incendios.
El pasado miércoles 11 de septiembre asistimos a la conferencia titulada Marcelino de la Parra y la Federación de Guerrillas de León-Galicia, impartida por el periodista Carlos J. Domínguez.
Marcelino de la Parra nació en La Robla (León) en 1911. De profesión mecánico, se afilió desde muy joven a la CNT y, posteriormente, a la FAI. Durante la Guerra Civil combatió en la División Recalde. Gracias a su conocimiento del terreno, llevó a cabo numerosos sabotajes detrás de las líneas del ejército franquista.
Cuando cayó el Frente Norte, hacia finales de 1939, se refugió en la zona del Bierzo y la Cabrera junto a otros compañeros. La intención inicial era pasar a Portugal, lo cual intentaron en varias ocasiones, pero se enfrentaron repetidamente con la Guardia Republicana portuguesa, por lo que finalmente decidieron regresar a la Cabrera.
Ante la imposibilidad de huir por Portugal —y siendo aún más peligrosa la opción de llegar a Francia—, Parra y otros guerrilleros optaron por organizar una resistencia armada, aunque al principio con escasa estructura. En 1941 lograron establecer una organización y comunicación eficaces entre las distintas partidas guerrilleras, lo que culminó, en 1942, en la creación de la Federación de Guerrillas de León y Galicia.
Esta federación fue aprobada por diferentes grupos: anarquistas, socialistas y militantes de la UGT, así como por algunos guerrilleros sin adscripción política definida. Los comunistas eran muy minoritarios y no obtuvieron representación en el Comité Director. La Federación de Guerrillas de León y Galicia fue la primera organización armada de resistencia antifranquista y llegó a contar con medio centenar de integrantes.
Parra quedó al mando del grupo de la Cabrera, compuesto principalmente por militantes de la CNT.
La Federación celebró siete congresos a lo largo de su historia, el último de ellos en 1947, conocido como el Congreso de la Disolución. El Partido Comunista intentó liderar la Federación, pero Parra fue uno de los principales opositores a las maniobras comunistas. Ante su fracaso, la mayoría de los comunistas abandonaron León.
Entre 1948 y 1949 algunos guerrilleros lograron salir de España. Parra intentó llegar a Francia, pero fue detenido en Tarragona y posteriormente trasladado a León.
Marcelino de la Parra fue condenado a muerte y ejecutado mediante garrote vil el 8 de noviembre de 1948. Sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio Civil de León.
Aunque existen numerosas publicaciones sobre la guerrilla leonesa y algunas sobre Parra y la contribución de los anarquistas, sigue sin haberse realizado un estudio profundo y monográfico sobre su figura y sigue sin haberse realizado un estudio profundo y el papel de los anarquista en la guerrilla de la Cabrera.